miércoles, 4 de enero de 2012

Cocido extremeño con acelgas

Bueno, pues hoy vamos a elaborar un guiso delicioso, un cocido extremeño con acelgas, receta de mi madre.

Ingredientes:


  • Garbanzos 500 gr. 
  • Preparado para cocido de Mercadona (huesos salados, tocino añejo y fresco, hueso de jamón, pollo y ternera).
  • Morcilla.
  • Chorizo.
  • 1 hoja de laurel.
  • Sal.




Antes de nada debemos tener en cuenta que el garbanzo es una legumbre que se debe poner en remojo, en ambiente fresco, al menos 12 horas antes de guisarla, o 24 horas en la nevera. Naturalmente, si en lugar de agua del tiempo ponemos agua templada, el tiempo de remojo se verá reducido. Dos cuestiones a observar: deben estar cubiertos por completo y debemos tener en cuenta que su volumen aumenta aproximadamente el doble durante el remojo, así que habrá que ponerlos en un recipiente con capacidad para el crecimiento estimado. Existe el truco del almendruco para reducir el tiempo de remojo, aunque yo no lo aconsejo, y es añadir una cucharilla de bicarbonato al agua del remojo,  y así en unas 8 horas estarán listos. Hay que tener cuidado con el bicarbonato, pues si nos pasamos de tiempo o de cantidad, los garbanzos modificarán su sabor.
Una vez tenemos los ingredientes preparados y los garbanzos remojados desde el día anterior, comienza la función. Lo primero, la merecida copita de vino para hacer más ameno el desarrollo de la faena. En este caso nos vamos a olvidar del de Asunción y nos vamos a servir un buen riojita. Como estamos en Año Nuevo y hay que empezarlo bien, descorcharemos un Viña Albina, reserva de 2006, que tengo por aquí y que no es moco de pavo. A continuación lavamos bien los garbanzos, los ponemos en la olla rápida  y los cubrimos de agua.


Después lavamos a conciencia el preparado del cocido, quitamos la sal de los huesos salados y añadimos todos los ingredientes a la olla (pollo, ternera, huesos salados, hueso del jamón y tocino), además añadiremos por nuestra cuenta un trozo de tocino de cerdo ibérico que dará un saborcillo estupendioso (este palabro es una mezcla entre estupendo y maravilloso o delicioso).

Un traguito. Seguimos…

A continuación encendemos el fuego y a los pocos minutos empezará el ¿glup, glup…!


Para no cargar de grasa el cocido, herviremos aparte, en otro recipiente, la morcilla y el choricito (estos guisos con abundantes grasas estaban muy bien antiguamente, cuando había trabajo físico de sol a sol, arando el campo y esas cosas de hombres, ahora que nos pegamos casi todo el día sentado delante del ordenador pues no tiene mucho sentido atiborrarnos de ellas, que además de perniciosas cuestan un… eliminar; bueno, lo dejaremos en sudor y sangre. 


Acto seguido procedemos con las acelgas, que, por cierto, como podéis ver, el manojo de hoy es espectacular. Lamentablemente, solo usaremos la mitad, ya que la olla que tengo es un poco pequeña y no cabe más. Pero aprovecharemos las sobrantes para hacer una tortillita. Aquí no se tira nada.


Seguidamente, limpiamos las acelgas con abundante agua y las troceamos (de momento no las añadiremos). Retomamos la olla rápida con los garbanzos, que ya están hirviendo,  y observaremos que empieza a salirle una espumita por encima, pues la vamos quitando con una espumadera hasta dejarlos limpios. Por las fotos que vienen a continuación veréis que esto ya va tomando color ¿eh?


Al cabo de unos minutos, ya hemos desgrasado la morcilla y el choricito, que, como vemos en la imagen, he pinchado previamente para facilitar su salida. Apagamos después el fuego y lo dejamos apartado, luego lo añadiremos a la olla.


 Aquí podemos ver los garbanzos ya sin espuma listos para añadirles las acelgas.


Esto ya empieza a oler bien, ¡qué buena pinta! Es el momento de otro traguito, ¡glup! ¡Cómo calienta el riojilla!
Ahora salaremos con cuidado, ya que los huesos vienen salados, no vayamos a pasarnos, nos suba la tensión y salte el ICP.
A continuación añadimos las acelgas, como ya os comenté la olla es un poco pequeña y no caben todas, así que con la mitad del manojo, aproximadamente, tenemos suficiente.


 
 Dejamos un poco hervir y acto seguido cerramos la olla para que con el último golpe de calor terminen de ablandarse los garbanzos.


Con diez minutillos será suficiente para que estos garbancitos vayan cogiendo olor y color.



Ahora ya podemos añadir el choricito y la morcilla desgrasados. Lo dejamos un ratito más al fuego para que suelte su jugo y… ¡ya tenemos unos fantásticos garbanzos con acelgas que os sorprenderán!


Con un poquito de vino tinto y acompañados con su pringá están deliciosos, o ¡pa morirse!, como decimos por aquí abajo. ¡Ojito con los atracones!




¿Gustáis?

Edu.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así eran los garbanzos que hacía mi madre, y mi abuela. Una receta sencilla que cualquiera puede hacer bien a la primera con solo proponérselo. ¡Enhorabuena!, por la sencillez de su explicación.

antonio dijo...

Eduardo, eres un crack en la cocina. Yo también hago una versión "desgrasada" aunque algo de grasa es imprescindible.
Un abrazo de otro Lemus cocinero

Anónimo dijo...

Pues sí... Por la pinta este cocido debe estar de muerte.